A diez años de su debut en Gran Hermano, Brian Lanzelotta, de 35 años, atraviesa una nueva etapa laboral alejada de los flashes y los estudios de televisión. Tras la pandemia, y ante la necesidad de sostener la economía familiar, el músico y ex participante de realities decidió emprender en un rubro inesperado: la fabricación y venta de papel higiénico y rollos de cocina.

De la música al emprendimiento

Después de probar suerte con la venta de buzos, alimentos balanceados para perros y hasta como barbero, Lanzelotta decidió reflotar una idea que había surgido durante la pandemia. Así nació su emprendimiento, “Bien Limpio”, nombre que hace referencia a sus iniciales. Con orgullo y sin vergüenza, el cantante sale a repartir sus productos y utiliza redes sociales como TikTok e Instagram para mostrar su día a día, desde los pedidos hasta los desafíos de la entrega.

Para facilitar la logística, vendió su auto y compró un camioncito usado, mientras guarda la mercadería gracias a la colaboración del papá de un compañerito de sus hijos, que le presta un depósito en la fábrica Manplast hasta que pueda tener su propio espacio.

Mantener la música como pasión

Aunque la música sigue siendo parte de su vida, Brian reconoce que hoy no alcanza para sostener la familia: “De lunes a viernes hay que hacer algo más, porque con la música sola no se puede vivir”, explicó. Retomó presentaciones los fines de semana y continúa grabando nuevos temas, mientras el emprendimiento se consolida poco a poco.

Experiencias en televisión y política

Su paso por Cantando 2020, donde llegó a la final junto a Ángela Leiva, fue un recuerdo destacado: “Perdimos por muy poquito contra Cachete Sierra, pero fue una experiencia muy linda”. Además, en 2021 su nombre volvió a sonar tras anunciar su candidatura a primer concejal por el Partido Federal, motivado por su interés en visibilizar la situación de las personas con discapacidad. Aunque no logró superar las PASO por 1.500 votos, la experiencia reforzó su vocación de involucrarse en su comunidad.

Mirando hacia el futuro

Brian sueña con que su marca de papel higiénico se consolide como fuente principal de ingresos para su familia y que la música siga siendo un complemento. “Ojalá la próxima nota la podamos hacer en mi propia fábrica, con mis máquinas”, adelantó, mostrando su ambición de crecer y profesionalizar el emprendimiento.